miércoles, 30 de septiembre de 2015

Que son las Microexpresiones?


Las hemos oído mencionar hasta la saciedad en series como Lie To Me, siendo “protagonistas” en el arte de determinar si una persona está mintiendo o no; sabemos que tienen que ver con las expresiones de nuestro rostro, pero ¿Qué son realmente? ¿Cómo se manifiestan?

Las microexpresiones son movimientos involuntarios de los músculos de la cara, en momentos especialmente emotivos y que estén relacionados con una situación que pueda provocarnos ansiedad; ya sea por motivos positivos o negativos.  En la actualidad, se ha determinado que las siete emociones básicas (Alegría, rabia, tristeza, sorpresa, desprecio, miedo y asco) no pueden ser “falsificadas”, pues los músculos de la cara se mueven, en la mayoría de los casos, de manera automática, y no hay forma que podamos reproducir esos movimientos perfectamente de manera consciente, aún con mucha práctica.  Inclusive los actores profesionales, cuyo trabajo versa precisamente en tal falsificación, no podrían ser más efectivos que un no iniciado en las artes escénicas si se enfrenta a una situación de peligro inminente, o de profundo estrés emocional, pues su reacción será tan primaria como la nuestra.
Automáticas e involuntarias

Las microexpresiones se llaman así no precisamente porque sean muy pequeñas, sino porque su duración en el rostro humano es increíblemente corta (aproximadamente la vigésima parte de un segundo).  A tal velocidad, y combinándola con la conversación, los movimientos del cuerpo, los gestos manuales y la iluminación (todos elementos distractores), es muy posbile pasarlas por alto.  Es por ello que para un estudio verdadero de esos micromovimientos, es necesario filmar a alta definición al sujeto, para que tengamos la posibilidad posterior de ver la grabación una y otra vez, si es posible cuadro a cuadro.


Para facilitar su estudio, Paul Ekman, un científico estadounidense, creó el Facial Action Coding System (FACS), que es un método para clasificar los movimientos asociados a los músculos de la cara. Puesto que combinar los movimientos de músculos individuales sería una tarea titánica a la vez que poco práctica, Ekman decidió agrupar los músculos en “clusters” o Unidades de Acción, de tal manera que fuese más fácil su clasificación.  Claro está, la frase “más fácil” es un eufemismo que se queda corto, pues aún con esta aproximación simplificada es posible contar más de 10.000 expresiones faciales distintas.

El “Proyecto Wizards”
Ekman llevó a cabo una investigación llamada “El Proyecto Wizards (magos)”, posteriormente llamada Proyecto Diógenes.  Consistía en determinar qué porcentaje de la población era capaz, de manera natural, de determinar a simple vista si una persona está mintiendo o no.  Los llamados “Magos” que determinaba el estudio, eran aquellas personas que podían ubicar mentiras con una efectividad mayor al 80% (presumiblemente por su facilidad para detectar microexpresiones de manera natural), mientras que una persona común y corriente no es mucho mejor que un aleatorio 50%.  El Estudio reveló que apenas el 0.0025% de la población tiene esta facultad, pues de 20.000 personas estudiadas, tan sólo 50 cumplieron con el criterio.  Hechos como éste han ayudado a alimentar el “mito” de los mentalistas que son capaces de leer la mente de las personas, cuando en realidad simplemente son individuos con una excelente capacidad de observación.

La práctica hace al maestro
Existe también una herramienta en línea llamada Micro Expression Training Tool (METT) que es una aplicación flash muy sencilla donde podemos aprender sobre las microexpresiones y los distintos tipos de emociones, qué músculos están implicados en cuál manifestación y prácticas o “drills” para revisar nuestras habilidades.  Evidentemetne, a medida que avanzamos con la herramienta, ésta se hace progresivamente más difícil; y por otra parte, los ejercicios que antes nos parecían imposibles comienzan a resolverse con suma facilidad, puesto que nuestro cerebro se va acostumbrando a ver áreas precisas de la cara que son comunes a varias emociones.

Aplicaciones en la actualidad
El estudio de las microexpresiones faciales ha probado su valía con creces en campos tan dispares como la criminología, la psicología, la medicina e incluso la animación de personajes 3D.

El Poligrafo y la Mentira


Resultado de imagen para poligrafoLa mentira es un recurso más del ser humano, en un mundo de secretos, misterios e investigaciones, la certeza sobre la veracidad o no de las informaciones, es indispensable para muchos investigadores. Se han escrito cientos de libros, se han editado publicaciones y todo tipo de informes a cerca del fenómeno de la mentira contándose por docenas, los colectivos profesionales, que han teorizado acerca de como detectar de manera objetiva una mentira. No obstante, vamos a analizar el cómo y el porque del detector de mentiras, una de las primeras maquinas creadas por el hombre destinadas a detectar lo que durante siglos ha sido uno de los grandes retos de la humanidad.

En primer lugar, diremos que él termino detector de mentiras, no es quizás el mas correcto, según fuentes consultadas por Detectum, deberíamos hablar del polígrafo ya que es este, el nombre mas técnico y descriptivo. Un polígrafo, es una maquina capaz de medir y registrar muchas variantes y expresiones fisiológicas, pudiendo medir aspectos como el ritmo cardíaco, la tasa respiratoria, la respuesta galvánica de la piel, la tensión sanguínea y un largo etcétera de parámetros. Así, se pueden establecer y medir objetivamente, relaciones existentes entre expresiones psicológicas y reacciones fisiológicas.

Cuando alguien dice la verdad, se activan unas partes del cerebro distintas a cuando alguien miente. Son unos patrones cerebrales que el investigador deberá conocer. También sabemos, que existe una relación entre la actividad cerebral en el acto de la mentira y la respuesta fisiológica. El detector de mentiras, parte de la base de que la mentira provoca una serie de síntomas fisiológicos no apreciables siempre a simple vista pero que si que son medibles mediante una maquina que científicamente y objetivamente registre todas las respuestas corporales.

Otro principio a tener en cuenta, es que todos los individuos somos distintos y por tanto se deduce el hecho de que todos podemos potencialmente reaccionar de manera muy diferente cuando expresamos la mentira. Así, algunos reaccionaran al mentir, con un aumento de la sudoración, otros con una variación del ritmo cardíaco, etc. Es por esta razón que el investigador incitara, en una parte inicial de la prueba, a que el sujeto mienta deliberadamente con preguntas sencillas pudiendo comprobar así, cuales son las respuestas fisiológicas que esa persona en concreto genera al mentir.

¿Se puede burlar al detector de mentidas? Es una vieja pregunta, formulada por todos los detractores de este test, los poligrafistas dice que no, pues hay muchos elementos que conscientemente no podemos controlar de forma completa como el ritmo cardíaco o la sudoración, etc.

Otro procedimiento que utiliza el investigador que realiza el test, es repetir en más de una ocasión la misma pregunta con el fin de aislar, corroborar, confirmar relaciones entre la potencial mentira y la respuesta corporal. El investigador también realizará preguntas “trampa” destinadas a cazar a aquellos que se intentan autosugestionar creyéndose su propia mentira con el fin de intentar engañar al polígrafo.

Algunos de los parámetros más usuales que suele medir el investigador son:

Ø  Tasa respiratoria:

Suelen adaptarse diversos tubos o cintas de goma al abdomen, cuando los músculos abdominales se llenan de aire por el proceso de la respiración natural, estas gomas se desplazan. Van unidas a un brazo mecánico, que registra el movimiento del abdomen expresándose finalmente, en una señal electrónica y un trazado encima del papel. El movimiento de respiración del abdomen suele ser de entre 8 y 12 veces por minuto.

Ø  Presión sanguínea, ritmo cardíaco..

La sangre es bombeada por el corazón a todos los rincones del cuerpo humano, la mejor manera de medir la presión sanguínea es aplicando un sensor en el brazo, este bombeo hace un sonido y un movimiento que es detectado con la misma facilidad que lo haría un medico de cabecera. Es otro parámetro que se registrara en el panel de señales.

Ø  Resistencia galvánica de la piel:

También se la conoce como la actividad electro cutánea, es una medida de sudor sobre las yemas del dedo. Las extremidades del cuerpo como la mano y los dedos son las más porosas del cuerpo, siendo por tanto, donde mas fácilmente podemos medir la sudoración. Se aplican galvanómetros que son una especie de sensores aplicados a cada uno de los temas. Estos sensores miden la capacidad de la piel para conducir electricidad ya que cuando se sudora la electricidad se transmite con mayor facilidad y rapidez.

Ø  Movimientos de brazos y piernas:

Algunos polígrafos también registran movimientos o criterios complementarios como actitudes posturales, mover con nerviosismo un brazo o pierna al responder a determinadas preguntas, etc.

Los investigadores que aplican la prueba, suelen ser llamados expertos en el polígrafo aunque su nombre más adecuado seria psicofisiologistas forenses. Deben tener experiencia en el uso de esta maquina, conocer a fondo sus procesos y mecanismos, también es muy importante saber realizar un buen diseño de las preguntas.

En muchas ocasiones, el técnico deberá realizar una pre prueba, es decir realizar el mismo test unas horas antes de la prueba definitiva, así el investigador puede reunir ciertos parámetros y diseñar las preguntas con mayor acierto.

Algunos de los detractores del detector de mentiras, dudan sobre su objetividad basándose en que el sujeto, puede sentirse intimidado debido a la tensión natural, que provoca el ser sometido a preguntas, además de todo el conjunto de tubos, sensores y diferentes cables aplicados a distintas partes de su cuerpo. Estos elementos, alteran las respuestas fisiológicas. No obstante, los poligrafistas afirman que son suficientemente objetivos como para poder aislar estas respuestas de nerviosismo de las respuestas relacionadas con una mentira.

Cuando se empezó a utilizar el polígrafo, muchos gángsteres empezaban a utilizar contramedidas destinadas a engañarlo, como aplicar desodorante en las yemas de los dedos para que no se detectara su sudoración, aplicar sedativos, tachuelas en los zapatos, etc. La maquina todavía no ha entrado en desuso, de hecho, en Internet, existen numerosas paginas en las que se venden versiones domesticas y reducidas de la maquina para su aplicación en el ámbito domestico o profesional, algo a lo que no es recomendable jugar.

En EEUU se practican cada año cerca de 1 millón de tests con el polígrafo, el detector de mentiras nació como la fusión de varios artefactos en el siglo XIX. En el año 1869, Auguste Chavey y Étienne Jules Marey, desarrollaron un cardiógrafo capaz de medir el ritmo cardiaco y en el año 1902 James Mackenzie inventó otra maquina capaz de medir la presión y el pulso yugular empezando a llamarle polígrafo. Esta maquina acabaría tomando el nombre de detector de mentiras, nombre que se haría popular en la prensa de la época.

Hoy en día, son muchos los tribunales de justicia que no aceptan la prueba del polígrafo como una prueba pericial más, no obstante si que es admitida como prueba o recurso complementaria como en algunos estados de EEUU, también en Israel y Japón aunque tampoco se puede afirmar que su uso sea intensivo. La polémica continúa abierta y todavía no hay una posición uniforme respecto a la objetividad o no del polígrafo, existiendo todo tipo de pruebas científicas, informes y demostraciones en tiempo real por uno y otro lado de la comunidad científica.

Han pasado ya más de 80 años desde su invención y lo cierto es que se esta trabajando actualmente, en otros sistemas más avanzados. Es el caso de algunos científicos norte-americanos de la Universidad de Minnesota, que están desarrollando un prototipo de maquina destinada a realizar controles masivos de seguridad. Este aparato permite saber rápidamente, si un sujeto miente, esta compuesto por una cámara térmica de alta definición, que detecta pequeñas diferencias de temperatura que se producen alrededor de los ojos de una persona cuando esta miente. Se ha comprobado que existe una fiabilidad del 85% frente a la del 70 o 75% del polígrafo.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Balística y Hoplologia

1. BALISTICA: CONCEPTOS GENERALES, FISICO Y FORENSE.



Resultado de imagen para armas de fuegoEl Diccionario Enciclopédico de la Lengua Castellana - Ed. Codex S.A. - Buenos Aires - 1974, define el término “Balística” como “(F.) - Parte de la mecánica que estudia el alcance y dirección de los proyectiles”; por otra parte, el Diccionario Ilustrado de Ramón García-Pelayo y Gross - Ed. Larousse - Buenos Aires 1988, define este mismo término como “(Mil.) - Arte de calcular el alcance y dirección de los proyectiles”

De lo expuesto se desprende que con el término “Balística” se reconoce a la parte de las ciencias físicas, específicamente la mecánica o dinámica de los cuerpos, que trata sobre los fenómenos que afectan el movimiento de los proyectiles en el espacio y que por lo tanto determinan su dirección y alcance; respondiendo a este concepto también los textos, tratados y reglamentos de balística militar.

El concepto que el término “Balística” comprende desde el punto de vista forense, es decir de la aplicación de las leyes, principios, técnicas y procedimientos de las ciencias a la resolución de problemas judiciales, es mucho más amplio, respondiendo, tal como lo define Don ROBERTO ALBARRACIN en su Manual de Criminalística (Ed. Policial - Buenos Aires - 1971), “BALISTICA: Es la ciencia y arte que estudia integralmente las armas de fuego, el alcance y dirección de los proyectiles que disparan y los efectos que producen”, concepto al que adherimos los especialistas de nuestro medio.



2. CLASIFICACION DE LA BALISTICA FORENSE:

Conforme el concepto expresado en el punto precedente, la Balística Forense, es decir aplicada a la resolución de problemas judiciales, se clasifica en TRES (3) partes, conforme al siguiente detalle:



a. BALISTICA INTERIOR:

Es la parte de la Balística que se ocupa del estudio de la totalidad de los fenómenos que se producen en el arma a partir del momento que el percutor golpea el fulminante del cartucho y alcanza hasta el momento mismo en que el proyectil abandona la boca de fuego del cañón. Esta parte de la Balística se ocupa también de todo lo relativo a las armas de fuego, su estructura, mecanismos, funcionamiento, carga y disparo de la misma.



b. BALISTICA EXTERIOR:

A esta parte de la Balística le corresponde el estudio de la trayectoria del proyectil, desde el momento en que abandona la boca del cañón del arma hasta su arribo al blanco, y de los fenómenos que lo afectan en concordancia con las particularidades de cada caso, tales como la gravedad, la resistencia del aire, la influencia de la dirección e intensidad de los vientos y particularmente los obstáculos que se le interpongan y que en definitiva son productores de los rebotes que modifican la trayectoria original.



c. BALISTICA DE EFECTOS:

Tal como su nombre lo indica, esta parte de la Balística estudia los efectos producidos por el proyectil en el blanco alcanzado, particularmente las características propias del Orificio de Entrada (OE) causado por el proyectil y de la zona inmediata que lo rodea, características éstas que permitirán establecer importantes elementos los que avalarán conclusiones relativas a problemas tan complejos como la determinación de la distancia de disparo.



3. ARMAS: CONCEPTO Y CLASIFICACION:

Si bien los distintos diccionarios consultados definen el término “Arma” como todo instrumento destinado a atacar o defenderse, este es desde el punto de aplicación forense solo un concepto parcial, ya que no solo los instrumentos fabricados con la finalidad expresada deben considerarse armas pues pueden ser utilizados eventualmente con este fin innumerables objetos que cumplan con dicha condición.Por la razón expresada, conceptuaremos el término “Arma” como “todo aquello que potencie la fuerza humana”, ya que tanto puede ser utilizado en acciones ofensivas y/o defensivas elementos especialmente diseñados para ese fin como otros destinados a usos distintos, pudiendo llegar a considerarse como arma, según las circunstancias particulares del hecho, incluso hasta una técnica especial de lucha, combate o defensa, tal como el puñetazo de un boxeador o la aplicación de las artes marciales.

Expresado nuestro concepto al respecto del término “Arma”, procederemos a continuación a efectuar una rápida clasificación de las mismas conforme sus características de uso y diseño:



a. Por su concepción de diseño:

Armas propias: Son las que han sido especialmente diseñadas para ofender (atacar) o defenderse.

Armas impropias o de circunstancias: Este grupo está constituido por todos aquellos elementos que eventual o circunstancialmente puedan llegar a utilizarse como arma, tal como un martillo de carpintero, un cuchillo de cocina, un destornillador, etc.



b. Clasificación de las armas propias:

1) Armas blancas: Las que a su vez se subclasifican en:

Cortantes: Las que presentan aguzado (afilado) uno o ambos laterales, tales como el cuchillo.

Punzante: Las que presentan aguzado el extremo distal, tal como el florete o la flecha. Este tipo de arma puede ser arrojada (disparada) por un implemento especial (arco o ballesta) o con la fuerza de mano y brazo (lanza), o bien haber sido diseñada para utilizar exclusivamente con la mano (Florete).

Punzo-cortante: Son las que presentan aguzado su extremo distal y uno o ambos laterales, tal como el puñal o el facón.

Contundente: Son las que provocan las lesiones por la energía con que golpean, tal como la maza, las boleadoras o proyectiles diversos arrojados con hondas.

Corto-contundentes: Son las que actúan por aplicación combinada del golpe y el filo. A esta Subclasificación corresponden el hacha y el sable de caballería.



Armas de fuego: Son las que utilizan la presión generada por los gases producto de la deflagración de la pólvora, para impulsar uno o varios proyectiles. Se subclasifican en:



a) Por la forma de transporte:

Portátiles: Las que para su transporte y uso es suficiente el empleo de una sola persona (Fusil, escopeta, revólver,)

No Portátiles: Son aquellas que para su desplazamiento o utilización se hace necesario el auxilio de otra persona o un medio mecánico o animal (mortero, cañón, ametralladora)



b) Por su forma de empleo:

De puño: Son las que fueron diseñadas para ser utilizadas con una sola mano (revólver, pistola, pistolón de caza).

De hombro: Son las que para su utilización se requiere el empleo de ambas manos y/o el apoyo en otra parte del cuerpo del tirador, generalmente el hombro (fusil, escopeta, pistola-ametralladora).



c) Por el sistema de disparo:

De tiro a tiro: Son aquellas que solo pueden efectuar un solo disparo por vez, siendo necesario la apertura del arma y extracción manual de la vaina servida para reemplazarla por un nuevo cartucho, su característica principal es que no poseen almacén cargador, tal como la escopeta común de caza.

De repetición: Corresponde a aquellas que, poseyendo almacén cargador que les permite contener determinada cantidad de cartuchos disponibles dentro del arma, la operación de carga, disparo, descarga de la vaina y nueva carga del cartucho debe operarse en forma manual a través de sistemas tales como el de cerrojo (fusil “Maúser”), corredera (escopeta de repetición tipo “Itaca”) o palanca (rifle “Winchester”).

Semiautomáticas: Son aquellas en que la operación de carga disparo, descarga de la vaina y carga del nuevo cartucho se efectúa en forma mecánica, correspondiendo a cada accionamiento del tirador sobre la cola del disparador un disparo, tal el caso de las pistolas tipo sistema Browning (Colt 11,25 mm, Browning 9 mm, etc.).

Automáticas: Son aquellas que, manteniendo presionada la cola del disparador producen una sucesión de disparos, tales como las pistolas-ametralladoras y los fusiles automáticos. Generalmente este tipo de armas posee un selector de tiro que permite al usuario elegir el modo de operación entre dos opciones: semiautomático y automático.



d) Por la forma de carga: Se subclasifican en:

De avancarga: Armas primitivas que eran cargadas por la boca de fuego, atracadas mediante golpes de baqueta. En la actualidad solo tienen interés como piezas de colección, aún cuando en ciertos lugares del mundo, como España, ha comenzado a popularizarse el uso de réplicas de estas armas creándose incluso clubes especiales para su práctica. Responden a esta subdivisión el mosquete, el trabuco y las clásicas pistolas de duelo.

De retrocarga: Son aquellas que se cargan por la recámara ubicada en la parte media trasera del arma y que responden a la totalidad de las armas de moderno diseño.



e) Por el tipo de cañón: Las que a su vez se subdividen en:

De cañón de ánima lisa: Carece de estriado y en la actualidad se utiliza únicamente en las escopetas, diseñadas para el disparo de proyectiles múltiples (perdigones).

De cañón de ánima rayada o estriada: En este caso el interior del cañón del arma (ánima) presenta un rayado particular en bajorrelieve, de forma helicoidal, llamado “estriado” y que le suministra a los proyectiles por ellos expulsados un movimiento rotacional sobre su propio eje que le brinda estabilidad direccional a la trayectoria del mismo.



4. EL CARTUCHO: CONCEPTO Y CLASIFICACION:

El concepto más ajustado para dar una idea cabal de un cartucho de arma de fuego es el que lo define como “La unidad funcional compuesta por la vaina, el proyectil, la carga de proyección o balística (pólvora) y el fulminante”. Los cartuchos utilizados en las armas de fuego se clasifican según el siguiente criterio:

a. Por la cantidad de proyectiles que portan:

De proyectil único: Cada cartucho posee un solo proyectil y responde a los cartuchos utilizados por la gran mayoría de las armas disponibles en el mercado.

De proyectiles múltiples: Estos cartuchos poseen en su interior una cantidad variable de proyectiles, generalmente de forma esférica, llamados vulgarmente “perdigones” o “postas”, las que pueden ser fabricadas en aleación de plomo, goma o material plástico. Son generalmente disparados por armas de ánima lisa (escopetas), aunque también existen cartuchos diseñados para otras armas, conociéndose estos últimos con el nombre genérico de “cartuchos de supervivencia”, ya que están destinados a la caza de animales menores, particularmente pequeñas aves.



Por el tipo de proyectil: Se refiere a los cartuchos de proyectil único y se subdividen en:

De proyectil desnudo: El proyectil está constituido por una pieza de aleación de plomo, antimonio y estaño, el que en algunas oportunidades puede presentar un baño electrolítico de cobre. Posee la característica de presentar una serie de muescas dispuestas en una línea alrededor del cuerpo cilíndrico del proyectil, en las que se aplica un lubricante grafitado especial, razón por la cual se la conoce como “cintura de engrase”.

De proyectil encamisado: Este proyectil posee un núcleo de aleación de plomo recubierto por una placa o “camisa” de latón (aleación de cobre y zinc), la que le suministra mayor dureza y por lo tanto un mayor poder perforante.

De proyectil semi-encamisado o punta blanda: Al igual que el anterior este proyectil consta de un núcleo de aleación de plomo recubierto parcialmente con una funda o “camisa” de latón, la que en este caso deja al descubierto el sector correspondiente a la ojiva o “punta” del proyectil que al ser de material más blando, se deforma al impactar sobre el blanco expandiéndose, con lo que aumenta su diámetro, adoptando contornos irregulares, todo lo cual, unido al movimiento rotacional de que esta provisto el proyectil, suministrado por el estriado del cañón, produce lesiones de elevada consideración y alto poder de volteo, por lo que se la recomienda para uso en la práctica de la caza mayor.



c. Por la forma de la ojiva: Se subdividen en:

De ojiva aguzada: Son proyectiles de punta aguda, recomendados por la Convención de Ginebra para su utilización en las guerras convencionales. Poseen alto poder de penetración y generalmente son del tipo “encamisado” lo que le permite perforar y atravesar los tejidos blandos manteniendo energía remanente que se pierde con el proyectil luego de atravesar el blanco. Responden a los denominados “proyectiles perforantes”.(Fusiles “Maúser”, FAL, M 16, etc.).

De ojiva redondeada o semi-esférica: Como su nombre lo indica el extremo distal de estos proyectiles presenta una forma redondeada o semi-esférica razón por la cual la superficie de contacto entre el proyectil y el blanco al momento del impacto es mayor que en el caso anterior y por ende, más rápidamente se efectúa la transferencia de energía entre ambos cuerpos, a la vez que provoca un mayor efecto de shock hidrodinámico aumentando el poder de volteo. (Pistolas 11,25 mm y 9 mm, revólveres .38, .357 magnum, .44-40, etc.).

De ojiva troncocónica o “punta plana”: En estos proyectiles la ojiva propiamente dicha no existe ya que su diseño responde a un formato de cono truncado, presentando su punta un plano perpendicular a su eje de simetría con lo que se logra incrementar los efectos descriptos en el punto anterior. Este tipo de ojiva generalmente se combina con proyectiles del tipo “semi-encamisado” o “punta blanda”, lográndose incrementar aún más su poder de volteo y la gravedad de las lesiones que provoca. (Revólveres 38 Especial, .357 magnum, 44-40 y .44 magnum.).

De ojiva perforada o “Punta Hueca”: En estos casos los proyectiles presentan una perforación en el centro de la ojiva, la que responde al subtipo de “Ojiva redondeada”, combinándose generalmente con proyectiles del tipo “semi-encamisado” o “Punta blanda”. Estos proyectiles, conocidos vulgarmente con el nombre de “Bala Dum-Dum”, poseen la particularidad de expandirse al entrar en contacto con el blanco, por los que también se los conoce con el nombre de “munición expansiva”, siendo los de mayor poder de volteo de todos los descriptos. Se usa generalmente en revólveres .38 Especial, .357 magnum, .44-40 y .44 magnum, como así también en rifles y carabinas de caza mayor del tipo 30-30, 30-03, etc., aunque también se los fabrica en calibre .22.



d. Por la ubicación del fulminante en la vaina: Se dividen a su vez en:

Cartuchos de fuego central: Son los que poseen su fulminante incluido en una pequeña cápsula ubicado en la zona central del culote de la vaina, comunicándose con su interior a través de orificios (generalmente dos) llamados “oídos” entre medio de los cuales existe un resalto del fondo de la vaina que recibe el nombre de “yunque”. Este tipo de ubicación del fulminante es el utilizado en la gran mayoría de los cartuchos, conociéndose hoy en día como única excepción a los cartuchos de todo tipo de armas perteneciente al calibre .22.

De fuego anular: Son los que poseen su fulminante dispuesto en forma de anillo siguiendo la periferia de la base o culote de la vaina. Este tipo de cartuchos es el utilizado por todas las armas correspondientes al calibre .22.

De espiga o sistema “Lefaucheux”: Se menciona en la actualidad solo a título ilustrativo ya que corresponde a los primeros modelos de cartucho con fulminante incorporado. En ellos el fulminante se coloca en un pequeño cilindro o “espiga” que va insertado en el sector inferior del lateral de la vaina, lugar donde golpeado directamente por el martillo de percusión ya que este modelo de armas carece de aguja de percusión. En nuestro país este tipo de armas se utilizó hasta mediados del siglo pasado.



5. ESTUDIO DEL ARMA DE FUEGO:


Resultado de imagen para industrias armamentistas mundoSi bien son múltiples los requerimientos que pueden hacérsele al Perito en materia de armas de fuego, como por ejemplo la determinación de la marca, modelo, origen y época o año de fabricación, podemos asegurar que al respecto, la gran mayoría de los puntos de pericia sometidos a dictamen, se limitan a los siguientes:



a. Determinación del estado de conservación y aptitud para el disparo:

Con este interrogante el Magistrado tiende a determinar si el arma involucrada en una causa es de funcionamiento normal y apta para producir disparos, es decir para percutir el cartucho provocando su detonación y expulsar adecuadamente el proyectil.

Para ello el experto debe en primer lugar proceder a efectuar un pormenorizado estudio del arma sometida a análisis, siendo en muchas oportunidades necesario recurrir a su despiece para poder establecer el grado de desgaste o deterioro de los mecanismos internos del arma. Luego de este estudio preliminar se procede a operar el arma efectuando percusiones primero en vacío y luego cargada con cartuchos adecuados (de su mismo calibre), disparos estos que se efectúan sobre un dispositivo especial conocido como “Banco de Obtención de Proyectiles”, el que permite recuperar los proyectiles disparados para verificar sobre ellos las condiciones particulares del disparo, verificación que también se realiza sobre las vainas servidas, mediante observación de estos elementos con medios ópticos de aumentos adecuados y convenientemente iluminados.



b. Determinación del grado de celosidad del arma:

El proceso de fabricación de un arma de fuego se efectúa en estricto ajuste a las normas y especificaciones fijadas por el diseñador, lo que dará como resultado el logro de un producto de óptima calidad conforme dichas especificaciones. Para ello el diseñador ha calculado y probado en los prototipos la forma, constitución, dimensiones y resistencia de todos y cada uno de los componentes de los distintos mecanismos que constituyen el arma.

Uno de esos mecanismos en particular es el “Mecanismo de Disparo”, constituido principalmente por la cola del disparador (mal llamada “gatillo”), el fiador, el muelle del fiador, el martillo y la aguja de percusión.

Para que el disparo se produzca es necesario que, presionando sobre la cola del disparador, se ponga en funcionamiento todo el conjunto de piezas hasta lograr que la aguja golpee sobre el fulminante del cartucho, produciendo su estallido. La fuerza necesaria para lograr este efecto ha sido determinada por el diseñador y respetada por el fabricante, respondiendo a una de las especificaciones que fueran fijadas por aquel.

El desgaste del arma motivado por su intenso uso, la falta de un mantenimiento adecuado o la modificación de las condiciones de alguna de las piezas del mecanismo de disparo, particularmente del fiador, las que pueden deberse a deterioros accidentales o a maniobras realizadas sobre esta pieza con la finalidad de lograr dicha modificación, hace que varíen las relaciones internas entre las piezas y por lo tanto disminuya la fuerza a aplicar sobre la cola del disparador para lograr el accionamiento del arma, obteniéndose un arma denominada comúnmente como “celosa”, término que en Balística Forense indica una disminución de la fuerza necesaria para provocar el disparo con relación al valor establecido por el fabricante.

Para arribar a conclusiones categóricas, el experto debe verificar los valores efectuando una serie de mediciones con el empleo de aparatos tales como el “Tensiómetro de cola de disparador”, un dinamómetro horizontal provisto de los accesorios necesarios para fijar el arma y efectuar los ensayos de disparo mientras se mide la fuerza aplicada en la cola del disparador para lograr los mismos, o bien recurriendo a métodos alternativos lo suficientemente confiables como para eliminar errores instrumentales, operacionales o de metodología que modifique el valor del resultado final.

Obtenido así el valor de fuerza de disparo para un arma determinada, se compara éste con lo especificado por el fabricante o diseñador, expresando la diferencia en porcentaje lo que en definitiva indica el “Grado de celosidad del arma”.

c. Determinación del reciente uso del arma:

El uso reciente de un arma va a ser manifestado por la presencia en su interior de restos de pólvora semi-combustionada o de sus detritus (productos de la deflagración), para cuya comprobación se requiere, en primer término proceder a realizar una observación cuidadosa del arma, en especial del cañón, recámara y alvéolos (en el caso de los revólveres), lo que se efectúa iluminando adecuadamente los lugares a inspeccionar.Luego se procede a efectuar un hisopado de las piezas ya mencionadas utilizando para ello algodón previamente controlado para evitar enmascaramiento de resultados por contaminación, efectuando sobre esos hisopos de algodón las reacciones químicas específicas de reconocimiento de restos de deflagración de pólvora, aconsejándose el empleo del Reactivo de Griess (Alfa-naftil amina y ácido sulfanílico en medio acético), en razón de su especificidad y su alta sensibilidad, y que manifiesta la presencia de los restos de pólvora mediante la formación de una coloración rojiza característica de los nitritos.Cabe destacar que la comprobación de la presencia de restos de pólvora no autoriza al experto a asegurar la fecha del último disparo, el que bien pudo ser anterior a la del hecho motivo de investigación, como así tampoco la ausencia de los mencionados restos implican que el arma no haya sido utilizada recientemente, ya que una limpieza adecuada de la misma elimina todo indicio de su reciente uso.



6. BALISTICA INTERIOR:

a. PERSONALIDAD DEL ARMA DE FUEGO:

Resultado de imagen para balistica interiorSe denomina “Personalidad del arma de fuego” al conjunto de marcas características que los distintos componentes de esta son capaces de transmitir a los proyectiles disparados y a las vainas por ellas servidas, que la hacen única, individual y diferente a todas las demás, aún las de su misma marca, modelo y calibre, incluso cuando sean de números de serie consecutivos.



Partes del arma que dejan impresas características identificatorias en las vainas y proyectiles por ellas utilizados:

Como se expresara en el párrafo anterior, todas aquellas piezas del arma de fuego que de una u otra manera entran en contacto con el cartucho antes, durante o luego de la detonación del mismo, transmitirán a las vainas y proyectiles utilizados características peculiares que permitirán su identificación y que, en su conjunto, se nucléan bajo el término de “Personalidad del arma de fuego” y las que, para una mejor compresión las clasificaremos en:

En el proyectil:



El cañón: Producida la deflagración de la carga de pólvora y la consecuente generación de la importante masa gaseosa como consecuencia de la misma, se incrementa la presión dentro de la recámara del arma la que culmina desprendiendo el proyectil que se encuentra hasta ese momento engarzado en la vaina, impulsándolo a lo largo del cañón.El proyectil posee originariamente un diámetro ligeramente mayor que el ánima del cañón, lo que hace que ingrese a ésta en forma forzada, adoptando la forma del ánima, la que imprime al proyectil su propias características, reproduciéndose en bajorrelieve las estrías o “macizos” y en altorrelieve los espacios inter-estriales o “campos”. Si tenemos en cuenta que el “rayado” o “estriado” del cañón de las armas de fuego se efectúa generalmente a partir de un tubo de acero, desbastando o “rayando” su interior con un maquinado que utiliza una herramienta especial denominada “escariador”, (salvo el caso, en nuestro país, de los cañones de pistola calibre 9 mm, fabricados por Fabricaciones Militares bajo licencia de la firma belga Browning, los que se producen por el método de martelado), y que va a introducir desde el momento mismo de la fabricación, un micro-rayado producto de las alteraciones microscópicas de sus filos o partes desbastantes. Estas características se producen en el momento mismo de la fabricación del cañón, razón por las que podemos denominarlas “congénitas” ya que “nacen” con el mismo, viéndose enriquecidas con el transcurso del tiempo, durante el cual como consecuencia del uso, conservación, defectos de limpieza y muchas otras causas más, se van produciendo otras tales como pequeños núcleos o puntos de oxidación, denominados “picaduras”, los que van a transmitir al cañón nuevas particularidades identificatorias, a las que denominaremos “adquiridas” y que, en definitiva le suministrarán características que lo harán único y totalmente diferente a los demás, aún los inmediatamente anteriores y posteriores en su orden de fabricación y que permitirá identificar en forma categórica e indubitable a todos y cada uno de los proyectiles disparados a través de un cañón determinado

La embocadura del cañón: En el caso particular de los revólveres, el tambor se comporta simultáneamente como almacén cargador, mientras que cada uno de los alvéolos del mismo cumple las funciones de la recámara en el momento de producirse el disparo. Si el eje de simetría de cada uno de los alvéolos no coincide exactamente con el eje de simetría del cañón, se producirá un pequeño “desfasaje” entre ambas piezas, lo que implicará que el proyectil “roce” con una parte determinada de su ojiva o de su cuerpo cilíndrico o “cintura de forzamiento” con uno de los bordes posteriores del cañón, produciéndose lo que se conoce con el nombre de “marcas de abocamiento”, las que pueden llegar a suministrar importantes indicios de alto valor identificatorio.



b). En la vaina:

Al igual que en el proyectil, en la vaina también aparecen marcas impresas por distintas piezas del arma que permitirán proceder a su identificación y que corresponden principalmente a las siguientes partes:

La aguja de percusión: Esta pieza puede encontrarse unida al martillo mediante un perno (caso clásico de los revólveres) o bien ubicarse de manera tal que reciba el golpe del martillo, el que le suministra energía suficiente como para vencer la resistencia del resorte que la mantiene en su posición, alejada del fulminante del cartucho ubicado en la recámara del arma, y transmitir a la cápsula fulminante energía de impacto suficiente como para hacer detonar el alto explosivo que se encuentra alojado en ella, produciéndose así el fuego que es transmitido a la pólvora a través de pequeños orificios, los que comunican el alojamiento del fulminante con el de la pólvora y que reciben el nombre de “iodos”.



Como fenómeno secundario al del disparo pero de importantísimo valor forense, aparecen como consecuencia del mecanismo descripto en el párrafo anterior, las huellas o marcas características que el extremo o punta de la aguja de percusión ha dejado grabadas en el lugar de impacto.La agujas de percusión, sean estas solidarias o no al respectivo martillo, son piezas elaboradas mediante mecanizado (torneado), muchas veces terminadas a mano por retoque con lima, por lo que las características de su extremo o punta van a ser únicas y diferentes a las demás, propiedad fundamental para su identificación.



El espaldón, el extractor y el botador: Estas tres piezas suelen dejar marcas características en las vainas las que en numerosos casos permiten identificar categóricamente el arma que han servido una vaina determinada, particularmente la primera de la piezas mencionadas.



El Espaldón está constituido por la cara o “faz” del “bloc de cierre” o corredera que mantiene asegurado el cartucho dentro de la recámara, cerrando la misma herméticamente, apoyándose en la parte posterior o “culote” de la vaina, donde quedan grabadas las característica que el arma le transmite. En los revólveres esta función es cumplida por la parte del armadura que cierra por detrás el alvéolo colocado en posición de disparo, la que posee un orificio por donde penetra la aguja de percusión para poder golpear al fulminante y de esta manera producir el disparo.



El Extractor o “Uña extractora”: es la pieza que en armas de repetición, semiautomáticas y automáticas, se encarga de tomar la vaina servida de la recámara y removerla de ese lugar para dar cabida a un nuevo cartucho. La uña toma la vaina por la garganta para poder extraerla dejando marcas características en los puntos de contacto.



El Botador: es una pieza solidaria al armadura del arma de fuego donde la vaina servida, en su arrastre producido por el accionar de la uña extractora, va a golpear modificando su itinerario, siendo lanzada al exterior del arma a través de la ventana de expulsión. Cuando el lateral del culote de la vaina golpea contra el botador, éste le imprime en el lugar de impacto marcas características de alto valor identificatorio.



La recámara, los labios del cargador, etc.: Las piezas mencionadas y toda otra que tome contacto con el cartucho durante el proceso de carga, disparo y descarga del arma, puede dejar estampadas en vainas y proyectiles marcas, huellas o indicios que permitan su identificación, relacionándolas con el arma utilizada.