domingo, 22 de marzo de 2020

Forensic Entomology


 Forensic entomology or legal practitioner, is the study of arthropods associated with corpses, is used, among other purposes, to estimate the time elapsed since death or postmortem interval (IPM) and the identification of possible body transfers, as well as the characteristics of the areas of origin.

    The postmortem entomological episodes, in summary, begin with the diptera, then coleoptera usually appear and for a time they will live in different niches, beetles and diptera, and finally, they will also live in different niches, beetles, mites and lepidoptera. But the colonization sequence itself and the species involved will vary according to multiple parameters, among which the biogeographical region, the time of year and the particular environmental characteristics of the habitat in which the corpse is found stand out.

The time elapsed since death is a matter of crucial importance from the legal point of view, to establish guilt or to identify the missing person. One of the methods to determine it is the external observation of the corpse, which includes factors such as body temperature, cadaverous lightness, rigidity, signs of dehydration, external injuries, action by animals and invasion of insects. In human bodies it is estimated by various methods: histological, chemical, and zoo. However, after 72 hours, forensic entomology is usually the best method and in many cases the only method to establish the postmortem interval.


    There are two methods to determine the time elapsed since death using arthropod evidence, the first uses age and larval development rate; the second method uses the succession of arthropods in the decomposition of the body. Both methods can be used separately or together, always depending on the type of remains being studied. In the early stages of decomposition, estimates are generally based on the study of the growth of one or two species of insects, particularly diptera, while in the more advanced stages the composition and degree of growth of the community of arthropods found in the body and compared with known patterns of fauna succession for the closest habitat and conditions.History of forensic entomology


    The presence of flies is documented in early writings such as “Table 14”, from the Harra-Hubulla series (systematic list of terrestrial wild animals from the Hammurabi era), about 3,600 years ago. In it the “green fly” (Lucilia) and the “blue fly” (Calliphora) are mentioned for the first time, common in forensic cases. In ancient civilizations, flies and beetles appear as amulets, on cylinder seals, as a god, and as one of the plagues of the Biblical history of Exodus, but it was Aristotle who provided anatomical and biological data that he described and classified within the scientific order .

    The birth of criminal medical entomology occurred in the 13th century, in China, when in 1235 BC, Sung Tz'u wrote a book "The Washing Away of Wrongs", here is the first written document of a case solved by forensic entomology.

    It was not until the middle of the 19th century, in France, that science emerged as such. Orfila (1848), listed 30 insects and other arthropods that colonized a body, his observations may be the first to systematize the knowledge of the succession of arthropods; although Bergeret (1855) is given credit for applying this knowledge to a criminal case, by evaluating the insect fauna, the IPM determined.

    J.P. Mégnin expanded and systematized the studies publishing "The fauna of the tombs" in 1887 and "the fauna of the corpses" in 1894, he identified eight stages of human decomposition; The described decomposition states were followed by Leclercq (1969), Easton and Smith (1970). The ecology and general behavior of flies of forensic importance were discussed extensively by Greenberg (1973) and Putman (1983); Fauna succession was studied in various regions in non-human carcasses, from lizards to pigs, providing information on the structure of the community, order of colonization, seasonality, and oviposition preferences of carrion flies.

    Criminal medical entomology entered a phase of rapid growth and development from the reviews by Leclercq (1978), Nourteva (1977), and became an exact discipline referring to forensic theory and practice. The forerunners have been able to integrate entomology and forensic science, and criminologists have rescued many details to obtain useful conclusions and a holistic vision of the subject.


Entomología Forense

 La entomología forense o médico legal, es el estudio de los artrópodos asociados con cadáveres, se utiliza, entre otros propósitos, para estimar el tiempo trascurrido desde la muerte o intervalo postmortem (IPM) y la identificación de los posibles traslados del cuerpo, así como las características de las zonas de procedencia.

    Los episodios entomológicos postmortem, de modo resumido, inician con los dípteros, a continuación suelen aparecen los coleópteros y durante un tiempo convivirán en nichos diferentes coleópteros y dípteros, por ultimo convivirán, también en nichos diferentes, coleópteros, ácaros y lepidópteros. Pero la propia secuencia de colonización y las especies implicadas variarán en función de múltiples parámetros, entre los que destacan la región biogeográfica, la época del año y las características ambientales particulares del hábitat en que se encuentre el cadáver.


El tiempo transcurrido desde la muerte es un asunto de crucial importancia desde el punto de vista legal, para establecer culpabilidad o para identificar a la persona desaparecida. Uno de los métodos para determinarlo es la observación externa del cadáver, que incluye factores como temperatura corporal, livideces cadavéricas, rigidez, signos de deshidratación, lesiones externas, acción por animales e invasión de insectos. En cuerpos humanos es estimado por varios métodos: histológico, químico y zoológico. Sin embargo, transcurridas 72 horas, la entomología forense es usualmente el mejor método y en muchos casos el único para establecer el intervalo postmortem.

    Existen dos métodos para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte usando la evidencia de los artrópodos, el primero utiliza la edad y tasa de desarrollo de larvas; el segundo método utiliza la sucesión de artrópodos en la descomposición del cuerpo. Ambos métodos se pueden utilizar por separado o conjuntamente siempre dependiendo del tipo de restos que se están estudiando. Por lo general, en las primeras fases de la descomposición las estimaciones se basan en el estudio del crecimiento de una o dos especies de insectos, particularmente dípteros, mientras que en las fases más avanzadas se utiliza la composición y grado de crecimiento de la comunidad de artrópodos encontrada en el cuerpo y se compara con patrones conocidos de sucesión de fauna para el hábitat y condiciones más próximas.

Historia de la entomología forense


    La presencia de las moscas está documentada en escritos tempranos como la “Tabla 14”, de la serie Harra-Hubulla (lista sistemática de animales salvajes terrestres de la época de Hammurabi), hace unos 3 600 años. En el se menciona por primera vez la “mosca verde” (Lucilia) y la “mosca azul” (Calliphora), comunes en casos forenses. En las civilizaciones antiguas, moscas y escarabajos aparecen como amuletos, en sellos cilíndricos, como un dios, y como una de las plagas de la bíblica historia del Éxodo, pero fue Aristóteles quien aportó datos anatómicos y biológicos que describió y clasificó dentro del orden científico.

    El nacimiento de la entomología médico criminal se produjo en el siglo XIII, en China, cuando en 1235 A.C., Sung Tz’u, escribió un el libro ”The Washing Away of Wrongs”, aquí aparece el primer documento escrito de un caso resuelto por la entomología forense.

    Fue hasta mediados del siglo XIX, en Francia, cuando la ciencia surgió como tal. Orfila (1848), listó 30 insectos y otros artrópodos que colonizaron un cuerpo, sus observaciones pueden ser las primeras en sistematizar el conocimiento de la sucesión de artrópodos; aunque a Bergeret (1855) se le da el crédito de aplicar este conocimiento a un caso criminal, por evaluación de la fauna de insectos, determinó el IPM.

    J.P. Mégnin amplió y sistematizó los estudios publicando “La fauna de las tumbas” en 1887 y “la fauna de los cadáveres” en 1894, identificó ocho etapas de descomposición humana; los estados de descomposición descritos fueron seguidos por Leclercq (1969), Easton y Smith (1970). La ecología y el comportamiento general de las moscas de importancia forense fueron tratados extensamente por Greenberg (1973) y Putman (1983); la sucesión de fauna se estudió en varias regiones en cadáveres no humanos, desde lagartos hasta cerdos, entregando información de la estructura de la comunidad, orden de colonización, estacionalidad y preferencias de oviposición de moscas de carroña.

    La entomología médico criminal entró en una fase de rápido crecimiento y desarrollo a partir de las reseñas de Leclercq (1978), Nourteva (1977), y se convirtió en una disciplina exacta referida a la teoría y práctica forenses. Los precursores han sabido integrar entomología y ciencia forense, y los criminólogos han rescatado muchos detalles hasta obtener conclusiones útiles y una visión holística del tema.