lunes, 12 de octubre de 2015

La Pedofilia o Pederastia


Resultado de imagen para pedofiliaLos sucesos relacionados con el abuso sexual de menores, ocurridos en diversos países de nuestro entorno, han traído a la palestra los términos "pedofilia", "paidofilia" y "pederastia". Lo inicuo de estos hechos no debería ser óbice para plantear también una discusión meramente lingüística sobre unos términos que se han venido utilizando no sólo en la prensa sino también en textos institucionales y que, por otro lado, figuran en enciclopedias, diccionarios, glosarios y libros de referencia. Lo que no está claro es que los campos semánticos de "pederastia" y "pedofilia" (incluyendo la variante de ésta: "paidofilia") sean idénticos y que se puedan utilizar como sinónimos. Es muy probable que el compuesto acabado en "-filia" tenga una semántica más amplia que el otro.

Según una opinión muy extendida, "pedofilia" es un término cacofónico en español, y así lo expone en su Vademécum la Agencia EFE y lo planteaba, si no recuerdo mal, Luis Antonio de Villena en un largo artículo aparecido este verano en El Mundo del Siglo XXI. En cualquier caso, lo que no parece de recibo para rechazar el uso de ese término es recurrir a una etimología popular simplista que se presta al chiste fácil, con la que se falsea el origen de un compuesto formado legítimamente a partir de dos raíces cultas griegas, independientemente de que nos lo haya prestado el francés o no.

Como ocurre muy a menudo en nuestra lengua, raíces de orígenes etimológicos muy distintos acaban convirtiéndose en homónimas, por ejemplo: no tienen el mismo origen los respectivos "hipo-" de hipotenusa y de hipopótamo. Por el contrario, también ocurre que elementos que hoy día no parecen tener el mismo origen, en realidad sí lo tienen, como ocurre con "apo-" en apócope y "bo-" en botica o bodega.

La raíz griega paid-, que es ped- ante vocal (pediatra, pedagogo), se convierte en pedo- ante consonante, con una vocal de enlace -o- como ocurre con numerosas raíces griegas en casos similares, por ejemplo: otorrinolaringólogo, toracoplastia, flebotomía, etc.

Ahora bien, queda el recurso de evitar "pedofilia" y hablar de "paidofilia", manteniendo en español el diptongo original griego. En ese sentido se manifestaban ya hace años tanto José M. Pabón en su Diccionario manual griego-español (véase  paidonómos, que él transcribe como "paidónomo") y Manuel Fernández-Galiano en su célebre La transcripción castellana de los nombres propios griegos, quien propugna "necesarias 'excepciones'" en la transcripción del diptongo -ai- (que habitualmente pasa al latín como -æ- y se convierte en español en -e-, como ocurre por ejemplo en los siguientes casos: etiología, paleontólogo, cenozoico, demonio, etc.). Una de esas "excepciones", según Fernández-Galiano, ha de ser la palabra "paidología" por razones de eufonía. De modo que si se considera que "pedofilia" y "pederastia" no son exactamente lo mismo y se quiere marcar la diferencia, pero no utilizar un término supuestamente cacofónico, se podría emplear "paidofilia". Resumiendo: no tiene sentido recurrir a la etimología popular en casos como éste, sobre todo cuando se trata de palabras compuestas cultas.

Esta última distinción, que como hemos visto no suele hacerse en nuestra lengua, no está recogida en los diccionarios generales. Sin embargo, los lexicógrafos son partidarios de establecer una diferencia entre pedofilia y pederastia, en la misma línea que Ortiz. El diccionario de la Real Academia Española ha introducido en su última edición (2001) el término pedofilia, además de seguir registrando la palabra pederastia, para las que recoge las siguientes definiciones:

a) Pedofilia. paidofilia.

Paidofilia. f. Atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes.

b) Pederastia. f. Abuso sexual cometido con niños.

La RAE recoge las dos variantes morfológicas, pedofilia y paidofilia. La raíz ped(o)-/paid(o)- ‘niño’ procede del griego paidós ‘niño’. Desde el punto de vista etimológico, es más correcta la primera, pues el diptongo griego ai se transcribe ae en latín y e en español. Sin embargo, quizás por razones de eufonía, la RAE prefiere la forma paido-, conservando el diptongo original griego.

 La forma paedofilia, que en ocasiones también se emplea, contiene la conservación del diptongo latino, y su uso puede estar influido por el inglés paedophilia. Alba Sánchez, defensora del lector del diario venelozano El Nacional, dedicaba un artículo al tema -a raíz de los recientes casos de abusos sexuales infantiles cometidos por sacerdotes norteamericanos-, que había generado cierto debate lingüístico a través de cartas de lectores. Sobre la variación pedofilia-paidofilia-paedofilia, la autora consideraba que la inclusión de paidofilia en el DRAE es un «ejemplo más de la mojigatería que, en ocasiones, afecta a ciertos académicos; aunque en honor a la verdad se deja al usuario la libertad de escoger el término que más le agrade y será el tiempo y el conjunto de los hispanohablantes quienes sancionen el término más adecuado». No obstante, Alba Sánchez acababa su columna diciendo que, en realidad, la palabra que describe la acción de los sacerdotes acusados de abusos sexuales de menores es pederastia.

Desde el punto de vista semántico, la distinción es clara: una cosa es sentir atracción erótica por los niños, y otra, abusar sexualmente de ellos. Similares diferencias de significado encontramos en el Diccionario de uso del español de María Moliner, donde se define el término pedofilia -también incorporado recientemente, en la edición de 1999- como una «perversión» del adulto que se «siente atraído por niños», mientras que la pederastia se toma como una «práctica». Seco, Andrés y Ramos, en su Diccionario del español actual, definen la pedofilia10 como una «atracción», y reservan pederastia para la «relación homosexual de un hombre con niños», lo que introduce el matiz semántico de la homosexualidad, aunque dentro del campo de las prácticas sexuales, tal como hacen el diccionario académico y el diccionario de María Moliner.


Resultado de imagen para pedofiliaAsí pues, la distinción entre la tendencia sexual (pedofilia) y la práctica abusiva -y además delictiva- (pederastia), aunque infrautilizada en la lengua, está perfectamente registrada en los diccionarios. Los medios de comunicación tienen su parte de responsabilidad en perpetuar esta confusión entre dos conceptos pertenecientes a dos esferas distintas: por una parte, la esfera de la psicología -y de la medicina, si se acepta que la pedofilia es un transtorno sexual- y, por otra, el ámbito del derecho y la moral.

 Hay que ser conscientes de que esta confusión parece estar muy arraigada en nuestra cultura, y de que no es fácil separar claramente las categorías conceptuales de la ciencia y las categorías de la moral, a pesar del aparente cientifismo de la sociedad actual. Sin embargo, sería de agradecer que los medios de comunicación contribuyeran a difundir una distinción léxica que ayude a nuestras mentes a separar dos realidades diferentes. Y asi a l mismo  tiempo proteger a  nuestros niños, niñas y adolescentes

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