martes, 10 de febrero de 2015

INTELIGENGIA CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO. Primera Parte


No es preciso insistir mucho más en esto: La falta de inteligencia en el combate y persecución del crimen organizado, ha traído graves consecuencias para las sociedades que sufren esta lacra.

La primera es que ha surgido una delincuencia más compleja, multiplicada en células, mejor organizada y más difícil de combatir. La fuerza bruta ha dividido los carteles en numerosos grupos, muchos de ellos independientes e incontrolados. Estas células delictivas han desarrollado sus propias estructuras y servicios de inteligencia y contrainteligencia (es decir, funcionarios de justicia, policías y militares sobornados, junto con los llamados “halcones” o vigilantes y los “sicarios” como elementos operativos) con el fin de burlar a los sistemas de seguridad pública y mantenerse impunes, fuera del alcance de la Justicia.

En segundo lugar, las corporaciones aduaneras, militares, policiales y de la Justicia y la propia política han sido infiltradas. Esta medida de ‘espionaje’ de los cárteles, que incluye el soborno y pago por protección y por información privilegiada, son los principales pilares logísticos del crimen organizado, junto con el asesinato selectivo por sicarios y mercenarios, al estilo de un servicio secreto.

Por último, los servicios de inteligencia de un Estado, no se forman de la noche a la mañana, requieren un proceso largo, consistente y sistemático para obtener los resultados esperados. Y algunos países ni siquiera han comenzado a crearlos o potenciarlos.

El rol que juega la sociedad en la generación de información es fundamental, se estima que cerca del 70% de la información que se procesa para la generación de inteligencia proviene de fuentes ciudadanas abiertas (Ong’s, sanidad, censos, empresas, etc.) y de fuentes institucionales (Hacienda, Procuraduría, Fiscalía, Prisiones, Salud, Policía, etc.). Desarrollar un sistema de inteligencia idóneo, donde se recopilen y fijen las fuentes de información, se evalúen y analicen por analistas especializados, requiere siempre varios años de preparación e inversión. Se trata de capacidades que no se improvisan. Por ello, el crimen organizado “juega”, por el momento, con ventaja.

La inversión en inteligencia y en captación de información, constituye una elección estratégica de política criminal a medio y largo plazo. La sociedad entera, las instituciones privadas, las empresas publicas, los partidos políticos, los ciudadanos y el Estado con todos sus Ministerios y fuerzas armadas y de seguridad, deben aportar su “granito de arena” en la lucha contra el crimen organizado.

¿Qué es la Inteligencia?

Me gusta definirla como el producto que surge de:

Ø     Recopilar información

Ø     Analizarla y evaluarla

Ø     Para descubrir y comprender hechos delictivos,

Ø     Prever su posible evolución y

Ø     Proponer planes de actuación a corto y largo plazo,

Ø     Con el fin de facilitar a un Estado la toma de decisiones para reducir riesgos y prevenir el delito.

Durante décadas los órganos de inteligencia del Estado se dedicaban a espiar los movimientos de grupos guerrilleros o izquierdistas, así como partidos políticos, sindicatos, asociaciones y otros grupos ciudadanos que pudieran quitarle el poder al partido político o grupo que lo detentaba. Sin embargo en la actualidad, el crecimiento que presentan las actividades ilícitas de los cárteles: el narcotráfico, el trafico de armas, la trata de personas, los secuestros, las extorsiones, los robos y los homicidios ha obligado al Estado a redefinir las tareas de los órganos de inteligencia incluso a renovarlos y actualizarlos. Estos organismos de inteligencia son estructuras indispensables para combatir de forma sistemática y estratégica a la delincuencia organizada, aunque algunos países ni han empezado aún porque ignoran el grave peligro que supone el crimen organizado y porque los carteles han generado altos niveles de corrupción política.

“…Estos organismos de inteligencia son estructuras indispensables para combatir de forma sistemática y estratégica a la delincuencia organizada, aunque algunos países ni han empezado aún porque ignoran el grave peligro que supone el crimen organizado…”

 Como implementar Inteligencia contra el Crimen Organizado.

 1.- Con un nuevo modelo de policía/soldado, que consiste en Fijar controles más estrictos para ingreso, permanencia y ascenso en estos cuerpos y en Inculcar los principios esenciales de la seguridad ciudadana: Legalidad, eficacia, profesionalidad y honradez y una nueva cultura de estricto cumplimiento de la Ley, de respeto a los Derechos Humanos y en una ética de honradez, servicio y protección al ciudadano.

2.- Dotando a la policía/ejército de avanzados medios tecnológicos y capacitarlos en procedimientos modernos de investigación criminal y en áreas legales, de criminalística y ciencias forenses. El nuevo policía/soldado debe formarse y capacitarse en aprender la normativa legal vigente, en todo tipo de técnicas periciales y científicas, como actuar en una escena del crimen siguiendo unos protocolos, saber técnicas de investigación, respetar la cadena de custodia de evidencias, usar métodos y técnicas de identificación (dactiloscopia), practicar en un laboratorio, tener nociones de medicina forense, de balística, de documentología, de nuevas tecnologías, de genética y ADN, asistir y participar en seminarios y congresos de criminalística y ciencia forense... La profesionalización de estos cuerpos ha adquirido una importancia relevante en toda política criminal de Inteligencia. Profesionalizar la policía y el ejército es uno de los medios más efectivos para lograr la erradicación de la corrupción, junto a los procesos de depuración de personal, y para derrotar al crimen organizado.

3.- Mejorando los niveles económicos y de vida del personal de la policía/soldado. “Ser policia/soldado no es un trabajo, es una profesión”. Se requieren unos 7 años de experiencia para ser un especialista en alguna área. Hay que incentivar la fijación del puesto de trabajo y retribuirlo económicamente bien, para que el policía/soldado no pida traslado a puestos mejor remunerados. Hay mucho en juego: la guerra contra el crimen organizado.

4.- Creación de una Gendarmería o Unidad Anti-Crimen Organizado, con varios Departamentos:

Ø     Grupos Tácticos de Operaciones

Ø     Grupos de Investigación de Narcóticos

Ø     Grupos de Investigación de Crímenes Colaterales (Homicidios, Extorsiones, Secuestros, Trafico de armas, personas y órganos humanos, y Robos y Asaltos )

Ø     Laboratorio propio de Policía Científica o Criminalística.

En esta Gendarmería o Unidad deben encuadrarse miembros de todas las fuerzas de seguridad y armadas, peritos criminalísticos, especialistas científicos, informáticos y especialistas del crimen organizado, todos coordinados y en estrecha vinculación.

Junto a esta Unidad, y en estrecha coordinación, se debería crear un órgano de inteligencia único: El Observatorio Nacional de la Criminalidad, (como recomienda la OEA) donde toda la sociedad se involucre en la lucha contra este flagelo: asociaciones vecinales, ONG’s, empresarios, periodistas, policías, soldados, fiscales, jueces, funcionarios de prisiones, psicólogos, médicos, analistas, informáticos, expertos en sociología y encuestas, expertos en crimen organizado, etc., todos unidos con el fin de aportar sus conocimientos, experiencias, datos e informaciones.

Este Observatorio Nacional se encargaría de:

 - Detectar problemas e identificar amenazas

 - Recolectar y Seleccionar información de todos sus departamentos,

 - Analizarla con rigor y profesionalidad,

 - Evaluarla debidamente y

 - Planificar acciones militares tácticas y soluciones civiles estratégicas.

5.- El Estado debe incentivar la “cooperación”, tanto Internacional, con países del entorno principalmente, como la Inter-institucional (Salud, Interior, Justicia, Prisiones y todos los sectores empresariales, sociales y ciudadanos).

Ventajas de la Inteligencia

 La inteligencia contra el crimen organizado incentiva la capacidad reactiva de las fuerzas militares y policiales, incluso logrando anticiparse. Permite combatir con mayor certidumbre los cambios de la forma delincuencial y adelantarse a ellos. Puede mejorar la distribución de las fuerzas y los recursos, y así como el crimen organizado muta con facilidad, las fuerzas de seguridad del Estado pueden realizar un cambio de su estructura y adaptarse a las circunstancias más convenientes. Y las batallas que se van a ir ganando, van a motivar a los mismos policías y soldados, y van a dar mayor confianza a la sociedad en sus servidores públicos y en sus políticos gobernantes.

 Conclusión

El fenómeno de la criminalidad organizada posee una proyección actual vertiginosa, malévola y un futuro verdaderamente escalofriante, con un claro signo ascendente, para desgracia nuestra. Tenemos un grave problema que afecta a nuestro futuro y al de las generaciones venideras. Todos estamos implicados y afectados por esta lacra. Hay que ponerse manos a la obra de manera firme e inmediata e intentar frenarlo y hacerlo desaparecer.

La batalla contra el crimen organizado no deberá considerar solo la parte táctica y de combate, entendiendo ésta como el incremento de recursos humanos, de equipo de transporte, de comunicaciones y de armamento, sino también la estratégica: La formación y capacitación profesional de los recursos humanos de la Policía, Ejército, Aduanas y Justicia, la adquisición y empleo de avances tecnológicos que faciliten la obtención y evaluación de la información, medidas de tipo social para erradicar el desempleo, la pobreza y la marginalidad, además de la involucración de todos los sectores sociales y ciudadanos en esta lucha contra este cáncer que se extiende amenazante en el horizonte de nuestras sociedades.

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